Lunes y miércoles son los días elegidos por el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, para entrenar con un método particular llamado Ginástica Natural: una mezcla entre el uso de pesas rusas y el aprovechamiento de la gravedad del cuerpo. Maximiliano Zegers, su profesor, explicó a El Observador cómo entrena el presidente uruguayo y de qué se trata esta disciplina.
La buardhilla en donde dormía el joven Lacalle cuando su padre era presidente. Ahora es un espacio de entrenamiento. Todos los lunes y miércoles sube con su entrenador y, entre pesas rusas y un tatami, practica una disciplina que “permite mantener el rendimiento, evita lesiones y prepara el cuerpo para cuando le toca entrar al agua”, aseguró Zegers.
El presidente uruguayo se promociona como el único primer mandatario “verdaderamente surfer” del mundo. Desde joven practica el deporte y ha viajado por distintas partes del mundo con su tabla y la pasión intacta. Incluso siendo presidente se lo ha visto surfeando en la Paloma, balneario rochense en el que elige veranear.
Fue semanas después de asumir la presidencia que Lacalle Pou comenzó a practicar esta disciplina “nueva” y practicada por la elite del surf, luego de ver una entrevista que la Unión de Surf de Uruguay (USU) le había hecho a un tal Maximiliano Zegers, licenciado en Educación Física que se había formado unos pocos meses antes de la pandemia en Ginástica Natural. El mandatario se puso en contacto con él y comenzaron los encuentros, aunque “con Luis se intenta un método propio”, aseguró el entrenador.
El método se basa en un estilo de levantamiento de pesas rusas que permite la estabilización en el movimiento pendular, sumado a la Estabilización Dinámica Neuromuscular —imitación de los pasos de un bebé antes de aprender a caminar— y al Surf Movement —una técnica que evoluciona sobre métodos anteriores—, informó Zegers a El Observador. Este tipo de entrenamiento tiene como objetivo principal la búsqueda de la longevidad del cuerpo trabajando principalmente la zona media.
A simple vista, Luis Lacalle Pou parece tener un físico más robusto en comparación a lo que se puede esperar de alguien que realiza un entrenamiento de este tipo y eso se debe, en parte, a cómo entrenó durante su vida: jugó al rugby, al fútbol, hizo pesas y surfeó. Según Zegers “sería muy complejo cambiar ese biotipo, el entrenamiento ayuda en parte a mantener algo de la tonificación y, por más que pierda masa muscular, sus propio estímulo hará que la recupere”.
Respecto a su trabajo más concreto con el presidente —y el resto de sus clientes— prefiere guardar silencio, porque sabe que corresponde cierta reserva. No guarda fotos con él, no revela qué otras figuras lo practican y armó su gimnasio, llamado Flow Training Studio, al fondo de una vivienda en Montevideo. Para él, el presidente es “uno más” y toma ese espacio como “un momento de liberación de estrés, de estar mano a mano con alguien que nada tiene que ver con la política y que permite desconectarse”.
El día en el que el Lacalle recibió la tercera dosis contra el covid-19, llevaba puesta una camiseta con el logo del gimnasio. “La verdad que (es) un orgullo muy grande que el presidente lleve la remera de mi emprendimiento”, dijo Zegers a Duke el año pasado.
Tercera dosis! Una vez más, gracias a todo el equipo de vacunación de nuestro país. Nos sentimos muy orgullosos de ustedes.#UruguaySeVacuna pic.twitter.com/xxVHZ70uuW
“La salud de un presidente hace a la salud de un gobierno”, aseguró la médica de Mujica, Raquel Pannone, a El Observador. Tabaré Vázquez elegía caminar, José Mujica optaba por pedalear en una bicicleta estática o pasear por Rincón del Cerro, Julio María Sanguinetti hacía cinta y, Luis Lacalle Pou, Ginástica Natural. Lo que todavía no queda claro es si la salud de los presidentes es una cuestión de Estado o algo privado.