Bancos de Alimentos: al rescate del descarte - Actualidad | Diario La Prensa

2022-08-26 21:07:29 By : Mr. Tom Xu

"En el año 2020, por la pandemia, los Bancos de Alimentos casi triplicaron los kilos distribuidos respecto de años anteriores. Tuvimos una gran demanda, pero también una oportunidad de recibir recursos. Eso se mantuvo un poco en el 2021, después empezó a cambiar y en este 2022 volvimos a la normalidad de lo que manejábamos. Ya no aparecen esas grandes donaciones y montos para comprar alimentos como tuvimos en el 2020", resaltó a La Prensa Pablo Algrain, coordinador de la Red de alimentos en la Argentina.

Los Bancos de Alimentos (BdA) son organizaciones que contribuyen a reducir el hambre, la malnutrición y el desperdicio de alimento, rescatando sustancias aptas para el consumo, a fin de almacenarlas, clasificarlas y poder distribuirlas, de manera trazable y segura, entre entidades de ayuda comunitaria adheridas a los BdA.

En la actualidad, 25 bancos funcionan en la Argentina en una red y trabajan en conjunto con casi 5 mil organizaciones que brindan asistencia a más de un millón doscientos mil personas. El 69 por ciento de los beneficiados son menores de edad mientras que el resto pertenece a otros grupos etarios en situación de vulnerabilidad.

En un contexto de crisis económica, alta inflación y cada vez más demanda de ayuda alimentaria, estos recintos se destacan por su gestión transparente y ágil que hasta permite hacer una trazabilidad de lo donado y conocer el nombre del destinatario final del producto, algo inaudito en el país. Para conocer más sobre su funcionamiento y la situación que atraviesan, La Prensa dialogó con el coordinador de la red.

-¿Es un desafío transformar el desperdicio en algo productivo? ¿cómo organizan la distribución?

-Lo bueno que tiene el Banco de Alimentos es que es muy ágil y rápido en su capacidad de distribución. A veces llega un camión entero de yogurt con tres días para la fecha de vencimiento y el banco que lo recibe, lo distribuye en escuelas, clubes, jardines y demás organizaciones que están disponibles para recibir los productos.

Los Bancos son muy económicos acerca del costo, es decir, el valor de lo que distribuyen respecto de los importes operativos: hay una brecha muy buena. Se reparte mucho producto a un costo bajo y, sobre todo, es que son aliados para las empresas y demás por la transparencia. No solamente porque son muy eficientes, sino que brindan la trazabilidad de lo que hicieron con ese producto recibido, es decir, a dónde, a quién y cuánto se entregó. Entonces la empresa confía en que todo lo que dio llegó a destino de alguien necesitado. Así, el producto que no se vendió siempre hay un eslabón antes de tirarlo que es el banco de alimentos.

-¿La modificación en 2018 de la Ley 25.989, de Régimen Especial para la Donación de Alimentos, los ayudó a recibir más donativos?

-Sí, ayudó en el sentido de que deslindó de responsabilidad a quien estaba haciendo el donativo de buena fe. Si una empresa hace una donación a bancos de alimentos y una vez que este le dio la aprobación de recibirlos, la entidad se deslinda su responsabilidad y de ahí en más el banco es el responsable. Eso facilita las donaciones. Pero al final de cuentas, todos los días la mayoría de las empresas que donan o no donan no dejan de hacerlo por esa ley. A una empresa que dona un producto, le descuentan un porcentaje del valor de ganancias; en cambio, si lo tira, le descuentan un porcentaje de IVA. Legislativamente es más económico tirar un producto que donarlo. Si bien esa Ley fue favorable, habría muchas otras leyes que asistirían mucho más a las empresas a donar los productos antes que tirarlos. Hay una materia legislativa pendiente que en otros países funciona mejor y por ende promueve mucho más a que esos productos sean donados.

-Se estima que un 45 por ciento de la producción en la Argentina se descarta porque se echa a perder, ¿cómo percibe esto? ¿qué dificultad hay para que ustedes puedan acceder a esto?

-Eso lo puedo dividir por partes para entender cómo hacer que más productos se aprovechen. Por un lado, una cuestión legislativa que si acompañara sería más viable que los productos llegasen a los bancos porque premiaría a quienes donan y castigaría a quienes no lo hacen. Hay leyes positivas y negativas. En otros países, existen normas promotoras y otras que penalizan. Por otro lado, tiene que ver con una cuestión comunicacional debido a que los bancos, hoy por hoy, no hemos logrado posicionarnos en la mente del ciudadano común. Si se les hace una encuesta sobre qué es un banco de alimentos y cómo trabaja, la mayoría no lo conoce porque es una entidad que tiene un perfil muy bajo.

-¿Cuál sería el otro elemento a tener en cuenta?

-Para poder aprovechar el gran porcentaje de lo que se desperdicia, se habla de un tercio de la producción alimentaria mundial que se tira sin consumir, hay que prestar atención a toda la cadena. En el primer eslabón, se encuentra la persona que separa la zanahoria deformada de las que por su forma requiere el mercado o cuando se va a comer a un restaurante, al final de la cadena, y se pidió mucho para lo que quería comer y deja un resto que en vez de llevarlo lo tira. Al final de la cadena, ese producto que está en el plato del restaurante ya se trasladó, se refrigeró y luego se cocinó. Entonces tiene mucho valor agregado.

-Se tira menos volumen, pero el impacto económico es mucho más grande. -Exactamente. El producto que se rescata al principio de la cadena es un volumen mucho más grande porque recién ahí se está generando. Entonces, tiene que ver con costos de distribución de ese producto, no es barato por más que el producto sea donado ya que generalmente se necesita equipamiento para embalarlo, para cargarlo, envasarlo, transportarlo. Son costos importantes y los Bancos de alimentos a veces cuentan con recursos para hacerlo y otras no. A veces la ventana de oportunidad te dice que hay dos millones de kilos de papas para sacar esta semana en Balcarce, pero, ¿cómo haces para distribuir todo eso y que llegue en buen estado a donde está la necesidad, que capaz es en Resistencia, en la provincia de Chaco? Eso es lo complejo. En la medida en que tengamos mejores Bancos de alimentos, con mejor infraestructura, transporte y vehículos, cámaras de frío, entre otros, podremos absorber mucho más estos grandes volúmenes de donación que a veces se dan.

-¿Cómo se explica que haya hambre en el país cuando hay un descarte de toneladas de pescados por no haber un mercado?

-Lo que nos pasa por la cabeza es que el problema es un poco de gestión. Sabemos que el producto está y que hay hambre. Por el otro lado, tiene que ver con hacer una gestión efectiva y eficiente para que ese producto pueda llegar. Si bien la pandemia generó mayor volumen de donaciones y mayor necesidad, de algún modo se compensaron. Lo que vemos este año en un contexto de devaluación de la moneda e inflación es que afecta mucho en la suba de precios. Esto hace que tengamos un porcentaje muy grande de la población, principalmente de clase media, que está entrando en la pobreza. De repente va al supermercado y ya no compra lo que quiere sino lo que puede y quizás se buscan marcas más económicas. Es un sector de la población que tampoco va a un comedor social de un barrio, sí se ve afectado y está menos atendido.

-¿Qué ocurre con sectores más vulnerables?

-Las personas que están en una pobreza más estructural, ese porcentaje de la población que no sale de la carencia y que tiene algún apoyo del Estado con algún aporte con planes y demás, tiene la posibilidad de acceso a los comedores o a la alimentación de la escuela. Y de algún modo, si bien no es lo ideal, tiene un tipo de contención, pero hay otro porcentaje de la población, que es lo que estamos viendo nosotros, que no está llegando asistencia y que, hoy por hoy, tampoco los bancos los estamos atendiendo porque trabajan, principalmente, con organizaciones que brindan apoyo de merienda o cena, más del estilo comedor merendero.

-¿Cómo ve al país en cuanto gestión alimentaria para aprovechar todo lo que se descarta? ¿Qué faltaría para mejorar?

-Lo que faltaría para aprovechar lo que hoy se está tirando es una legislación adecuada, que favorezca la recuperación. También el compromiso de los productores, de las industrias, y de los distribuidores en entender que si ese producto ellos no lo van a vender tienen que hacer la gestión para que el producto llegue a alguien. A veces hay empresas que prefieren tirar, es una decisión de personas. Principalmente esas dos cosas son las más importantes para poder aprovechar esos productos. Son decisiones estratégicas que tiene que ver con aporte de todos lados porque los bancos son uno de los medios para evitar que el producto se desperdicie. Las empresas en contextos como el actual, en que hay una elevada inflación, ajustan su stock y se aseguran de producir una cantidad que sepan qué van a vender. Por eso uno va al supermercado y hay menos variedad de oferta porque directamente hay una línea que ya no la hacen o debido a que antes hacían 50 unidades y hoy hacen 15. Se aseguran que eso lo vendan.

-Más allá de bajar la producción, hay otros productos que seguirán existiendo como los agrícolas, ¿no?

-Sí, pero hay cuestiones propias de los procesos que van dejando productos que quedan en el camino. Aun en el mejor contexto socioeconómico siempre un excedente va a quedar y ahí es donde los bancos de alimentos trabajan junto a otras organizaciones. Este año estimamos casi 15 millones de kilos de alimentos recuperados por el banco para distribuir en los 25 bancos del país. Siempre hay un porcentaje de la producción que no se va a usar, sería muy positivo pensar en eso estratégicamente ya como país y montar una estructura para aprovechar eso que sea eficiente, que optimice costos y haga una distribución rápida. A veces aparecen donaciones muy grandes y no se cuentan con la logística o medios para poder distribuirlo. Un apoyo del Estado, con leyes o quizás con alguna promoción para que eso pueda ser utilizado, y la gestión de los bancos de alimentos, que tienen el Know How para hacerlo, haría que ese producto se aproveche y no se tiré. 

-¿Hay Bancos en todas las provincias?

-No en todas. Hay más provincias con mayor presencia y en otras aún no existen. El banco que esta más al sur es el de Neuquén, el Banco Patagónico, tenemos uno en Río Cuarto, en Córdoba, en Rosario y Santa Fe. Mientras que en la provincia de Buenos Aires hay en la Ciudad, La Plata, Mar del Plata, Tandil, Balcarce, Olavarría, entre otros. 

-¿Cómo se pueden hacer donaciones a la Red de Bancos?

-Algunos bancos hacen campaña de recolección de alimentos. Lo hacen en conjunto con cadenas de supermercados y hacen una colecta durante un fin de semana y la persona que va a hacer las compras adquiere algo más para donar al banco. Hacen colectas con empresas donde por dos meses dejan una urna para que depositen cosas. Son campañas principalmente de concientización y no tanto de adquirir productos porque la cantidad no es tanta. En algunos países se hacen una colecta anual en que se reciben grandes donaciones, pero en la Argentina esto no sucede porque requiere mucha logística. Si una persona quiere donar lo mejor es que done el dinero a través de nuestro sitio web www.redbda.org.ar. Hoy un banco con 50 pesos gestiona un plato de alimento. Como los bancos tienen costos bajos de operación, y son muy eficientes, con poco dinero invertido distribuyen mucho producto. 

-¿Qué expectativas tiene para cerrar este año?

-Me gustaría que se consolide el modelo y se dé a conocer. Tenemos visitas de nuestra Red global que nos da el lineamiento de cómo actuar. Decían qué pasa en la Argentina que en un contexto de 45 por ciento de pobreza y casi con un 80 por ciento de inflación no estén desesperado porque las personas estén con hambre. En Colombia pasaron de un 4 a un 7 por ciento de inflación y estaban todos desesperados saliendo a comprar alimentos. En Argentina no nos pasa eso. Yo les respondí que eso no sucede acá porque esto viene desde hace tiempo y estamos acostumbrados. Además, cuándo se hace una encuesta de percepción en la calle el tema que más le preocupa al argentino promedio no es el tema de la pobreza, sino la inflación y la inseguridad.

Por otra parte, nos interesa no contar la tarea de los bancos como de lucha contra el hambre, sino de una organización que en un contexto de país en que las personas están frustradas porque las cosas no funcionan bien de repente hay un grupo de 300 personas en 25 bancos de alimentos que están trabajando, de manera muy eficiente, para salvar 15 millones de kilos de alimentos por año que es lo que más se necesita. Esa es la buena noticia, acá en el país hay algo que está funcionando bien y que se articula con las empresas y hay bancos que articulan con el Estado de forma transparente y eficaz. Es un caso excepcional dentro de tantas cosas que no funcionan, esta sí lo hace y muy bien.

En 2003 la Argentina atravesaba otra de sus tantas crisis económicas. Ante una extrema necesidad alimentaria surgieron los primeros Bancos de Alimentos pensados para asistir en la distribución de alimentos a los sectores que más lo necesiten y reducir el desperdicio de alimentos en el país.

"El modelo de los Bancos de Alimentos (BdA) es un modelo que existe desde los años 60 en el mundo. Hay casi mil bancos de alimentos en el mundo distruibuidos en 44 países y todos trabajan de una forma similar, aunque puede haber diferencias en cuanto a la idiosincrasia o políticas. Básicamente lo que hace un banco de alimentos en cualquier parte del mundo es captar el alimento que por un motivo está todavía en condiciones de ser consumido, pero no va a ser vendido", subrayó a La Prensa Palo Algrain, coordinador de la Red de Bancos de Alimentos.

Así, las empresas, productores, entre otras fuentes, tienen algunos motivos por lo que eso ocurre. Algunos ejemplos son que el productor tiene una producción de cebolla, se cayó el precio en el mercado y no le conviene ni siquiera levantar la producción en el campo porque sale a perdidas y finalmente queda en el campo y es un desperdicio. Otro caso es el producto agrícola, como la zanahoria. Las que se venden son todas las que cumplen con un largo y formato determinado pero las que no cumplen con esos parámetros se separan, se tiran y no se venden. También sucede que, en la industria, por ejemplo, productos que se envasan en packaging equivocados o cambia el envase y la empresa ya no lo quiere colocar para vender. "Los Bancos de Alimentos surgen para aprovecharlos y que en vez de ser desperdicios tienen una oportunidad al ser recibidos por los bancos y, mediante un manejo eficiente de la logística a un costo muy bajo, son redistribuidos donde lo necesitan", resaltó el coordinador.

Cabe destacar que los bancos son iniciativas privadas, como ongs, y surgen en la medida que hay un grupo que le interese tratar a problemática en una ciudad. Para más información se puede visitar el sitio www.redbda.org.ar donde se puede escribir para averiguar los requisitos para participar en este eficiente y ágil proyecto.

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