Allá donde se cruzan los caminos de la ciencia y la filosofía puede un árbol caer sin hacer ruido y un gato estar a la vez vivo y no vivo, pero como me recordaba ayer un amigo, las grandes preguntas siempre nos llevan a sitios oscuros y tramposos alejándonos cada vez más de lo que motivó la pregunta, así que dejemos a un lado a Berkely y su convencimiento de que nada existe si no hay quien lo perciba, el miedo a que nada sea real del más oscuro Descartes y dejemos que los físicos cuánticos encuentren un mejor modo …
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A llá donde se cruzan los caminos de la ciencia y la filosofía puede un árbol caer sin hacer ruido y un gato estar a la vez vivo y no vivo, pero como me recordaba ayer un amigo, las grandes preguntas siempre nos llevan a sitios oscuros y tramposos alejándonos cada vez más de lo que motivó la pregunta, así que dejemos a un lado a Berkely y su convencimiento de que nada existe si no hay quien lo perciba, el miedo a que nada sea real del más oscuro Descartes y dejemos que los físicos cuánticos encuentren un mejor modo de explicar que se puede ser y no ser a la vez, sin que descubramos la realidad en nuestro plano hasta el momento final o inicial, al fin y al cabo yo solo quería hablar de lo que no se cuenta, de lo que no ocupa lugar en nuestra realidad moldeada por los medios de comunicación, superada hace mucho la necesidad de tocar para creer de Santo Tomás, no el de Aquino, sino el descreído.
Estos días, se está desarrollando un gran movimiento obrero en Cantabria, pero no lo sabemos porque los medios se centran en las disparatadas salidas de tono de una candidata en las elecciones de Andalucía, como si fuesen Olona o Vox lo que va a cambiar la realidad de millones de andaluces y andaluzas que viven ya bajo el control de quien baja los impuestos a los ricos para seguir recortando servicios públicos a quienes nunca podrán permitirse los privados. En Israel se produce un nuevo lanzamiento de palestinos para dejar sitio a los “colonos”, otra forma de martirio que al parecer no nos molesta porque no es Ucrania o, bueno, porque no toca. Las calles de los barrios de Madrid se alzan en defensa de la Sanidad Pública, convertida en un hazmerreír de sí misma, con instrucciones de uso de Centros de Salud sin médico, pero no ocupan espacio en nuestras ocupadas agendas, será esa cosa de la libertad ¿de prensa, en este caso?
Pero noticias que no son tales, sino proyecciones oscuras de bolas de cristal empañado de economía de libro arcano, como la subida de tipos, la vuelta de la prima de riesgo, la necesidad de cerrar el grifo del dinero (no porque no necesitemos llenar el vaso que le acercamos, sino porque se nos ha roto la tubería por otro lado y eso no vamos a repararlo) para parar la inflación provocada por la guerra, la de Ucrania (aclaro por ser redundante, las demás de guerras ahora no existen), esas sí abren los noticiarios y provocan el desfile (otra vez) de sesudos economistas que hablan de recortes como si comer, ir al colegio, encender la luz o desplazarse fuesen elecciones libres.
A escala local sucede lo mismo, las trabajadoras y trabajadores de la empresa privada que gestiona el autobús urbano están de huelga (hace más de un año) pero apenas es noticia para los medios que en otros momentos clamaban en mayúsculas, negrita y cinco columnas diarias por el fin de este “desastre responsabilidad del Gobierno de la ciudad”, otro tanto les pasa a quienes trabajan para la empresa que controla los parquímetros sin que nadie parezca acordarse, mientras los de Zaragoza Vivienda trabajan bajo presión y acoso, pero su gerente se pasea por la ciudad como si le debiésemos algo y algo le debe deber Azcón porque no lo cesa. Las piscinas abren diez días más tarde porque el calor es algo que los que no tienen club privado deben soportar estoicamente, los animales que nos comprometimos a proteger viven en unas ruinas, pero lo que mola es el cambio de uniforme de los Voluntarios que no se quejan, al menos esos no necesitan casco para realizar su labor altruista. Las escasas fuentes de agua potable siguen cerradas, y los bancos públicos a pleno sol o arrinconados por las terrazas, solo el parque que sirve al alcalde de escaparate recibe inversiones, arreglos y mejoras, mientras los de los barrios son cada día más un secarral que un espacio de expansión y disfrute. La chavalería se cuece a fuego lento en las aulas, y aún hay quien llama a “eso” medidas de lucha contra el cambio climático. Los vecinos y vecinas viven una incomprensible carrera de obstáculos para celebrar sus fiestas populares, porque a la autoridad no le importa, ni le aporta, que la gente encuentre y mantenga vivos modos de seguir siendo comunidad, de compartir sin lucro.
Y junto a lo que no te cuentan, viene lo que disfrazan, contando la mitad de la noticia como la incorporación de personal en los Servicios Sociales del Ayuntamiento cuando no se cubren bajas ni jubilaciones y superan la treintena las vacantes, o lo que directamente es falso como la barbarie y el vandalismo contra las placas del parque Che Guevara que ni se produjo ni se alentó, pero se publicó sin contrastar para desprestigiar a los vecinos y vecinas que siguen empeñados en defender la decisión adoptada por la comunidad.
Pero un vistazo rápido a los titulares no nos muestra nada de esto, el espacio disponible se lo reparten la crónica de sucesos, las disputas político/territoriales de unos Juegos Olímpicos que muchas no queremos ni en pintura, y el fútbol con sus variantes de Romareda sí, Romareda también. Y si esta es la realidad, este el sonido del árbol que cae, ¿todo lo demás no existe?
Si te resistes a creer que lo que ves a tu alrededor como las esperas para el bus, las bibliotecas a 38º, las hogueras prohibidas, las fuentes cerradas (¿cómo perjudicar la venta de agua fría en las terrazas?), los retrasos en la consulta del médico, la subida de la sandía (¿por la guerra de Ucrania?), el calor que impide la Quebrantahuesos en el mismo Pirineo, que quieren seguir explotando por encima de sus posibilidades de nieve, el creciente número de personas que aun trabajando no llegan a fin de mes y se tienen que pasar por Cáritas o el Banco de Alimentos porque no encajan en el modelo prefijado de precariedad de nuestras administraciones… es una ilusión perversa, te conviene leer otros medios, escuchar otras radios y sobre todo hablar con otras gentes.
Quizás puedas empezar por echar una mano a AraInfo, para que te siga contando como le va al gato y después recordar que esta no es una función de teatro con el elenco cerrado, tú eres el protagonista de tu historia y si no puedes sola, hazlo en común.
Integrante de la Coordinadora de Zaragoza en Común
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